sábado, 14 de julio de 2018


Jornada 9
Error y control de la enseñanza y del aprendizaje
Profesor Alexandru Negoescu

Todo proceso de aprendizaje conlleva implícitamente a cometer errores, es decir,  a hacer  uso incorrecto de una norma o no adecuado de acuerdo a un contexto. En función a lo debatido en la jornada se puede concretar lo siguiente:
-          Los errores deben corregirse siempre, mientras se encuentren dentro del marco del objetivo de la clase, esto evitaría la fosilización de errores.
-          Los estudiantes deben tener oportunidades para la autocorrección, y el profesor debe garantizar este espacio.
-          Establecer un acuerdo inicial en la clase para tratar los errores, tanto en la práctica conversacional como escrita.
-          Tratar los errores de forma positiva y constructiva, comunicar a los alumnos en la primera clase sobre su importancia en el proceso de aprendizaje.
-          Al detectar un error repitente y grupal es prudente hacer una pausa y explicarlo en la pizarra para toda la clase.
-          Evitar frases peyorativas como: ya te he dicho que... hasta cuando voy a repetir que... no entiendes que…
-          Suministrar herramientas nemotécnicas que le permitan al alumno fijar las reglas y normas complejas.
El tratamiento del error debe realizarse de forma respetuosa, colocándose en los zapatos del alumno y centrándose siempre en los objetivos que favorecerán la construcción creativa y por ende el desarrollo lingüístico. Por otro lado, el enfoque reflexivo y observador debe estar siempre presente en el profesor de ELE, el estudiante no es el único susceptible a cometer errores, inclusive prácticas y metodologías no adecuadas pueden  acarrear errores en los estudiantes e incidir negativamente es su proceso de aprendizaje.

Evaluación, nivel de competencia y certificación.
Profesora Alba Pardina

La evaluación es un aspecto importante en las clases de ELE, ya que esta permite que el profesor detecte el avance de los estudiantes respecto a un tema o a un objetivo planteado; además permite que el profesor identifique posibles problemas en su instrumento de evaluación, por ejemplo: una pregunta mal formulada en un examen, la cual carece de fiabilidad y se puede reconocer cuando ningún estudiante responde.
La evaluación se clasifica según parámetros como: finalidad (evaluación del aprovechamiento y evaluación del dominio), criterio (grupal o individual), momento (formativa o sumativa), procedimiento (directo o indirecto), intervención de un examinador (subjetiva u objetiva), perspectiva (global o analítica) y tipo de evaluador (profesor o autoevaluación). Es posible identificar esta clasificación en las herramientas de evaluación conocidas en el ámbito ELE, por ejemplo una prueba de nivel C2, tiene una finalidad de dominio, ya que en esta se busca conocer la aplicación de los conocimientos en el mundo real y además tiene un criterio individual mediante la aplicación de una prueba por parte de un profesor o examinador. Así pues, cada instrumento de evaluación existente puede ser clasificado y también diseñado o seleccionado tomando como guía esta tipificación.
La evaluación conlleva a un proceso continuo de reflexión y adaptación de aspectos reales, es por esto que el profesor debe estar revisar continuamente sus instrumentos e innovar para que a través de ellos los estudiantes se vean motivados al aprendizaje y a la vez sea desdramatizado el tema de la evaluación. 


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